Bogotá Contada

  • Inauguración jueves 28 mayo, 2015
  • Jueves 28 de mayo | 5PM

2015 | Archivo | Programa Público

BOGOTÁ CONTADA
CHARLA GABRIELA WIENER EN ODEÓN

Desde quienes hace siglos atravesaron el Magdalena y llegaron a lomo de mula, hasta los que hoy llegan a la terminal internacional del aeropuerto El Dorado, Bogotá tiene una tradición de viajeros que han escrito sobre ella, entre los que se cuentan científicos, comisionados, literatos, cronistas, escritores, artistas, entre otros. Desde los detalles más literarios hasta los más banales, como las obleas que recomienda André Maurois o el elogio del ajiaco que hace Angélica Gorodischer, Bogotá se ha desplegado en centenares de testimonios, bajo la mirada atenta de viajeros y escritores.

Con ese espíritu nació Bogotá Contada, una iniciativa de la Gerencia de Literatura de IDARTES y de la Cámara Colombiana del Libro, que, en su primera versión, convocó a 12 escritores hispanoamericanos, acompañados por 3 autores colombianos, para que visitaran la ciudad, la recorrieran y escribieran sobre ella.

En su segunda versión son menos los invitados, pero la misma variedad de procedencias, estilos, generaciones, intereses y perspectivas. Las voces que harán parte del segundo Libro al Viento de Bogotá Contada son el mexicano Élmer Mendoza, la cubana Wendy Guerra, el boliviano Rodrigo Hasbún, el venezolano Alberto Barrera Tyszka, el colombiano Luis Fayad, el español Juan Bonilla, el uruguayo Pablo Casacuberta, el chileno Diego Zúñiga y para cerrar, la peruana Gabriela Wiener.

Gabriela Wiener estará en el Espacio Odeón para hacer una lectura y un conversatorio sobre su trabajo el jueves 28 de mayo a las 5PM.

Entrada gratuita

Tertulia a las 7PM

 

BIOGRAFÍA

Gabriela Wiener (Lima, 1975) es autora de los libros de crónicas «Sexografías», «Nueve Lunas», «Mozart, la iguana con priapismo y otras historias». Y el libro de poemas «Ejercicios para el endurecimiento del espíritu». Su último libro se llama «Llamada Perdida». Escribe con asiduidad para el diario El País de España y el diario La República de Perú. Estudió Linguística y Literatura en Universidad Católica del Perú. En sus inicios trabajó en las redacciones de los diarios peruanos Síntesis, La República, El Sol, la revista Caretas, la revista Rumbos y en el portal chileno primerapagina.com, hasta que en el año 2000 fue fichada por el diario El Comercio. Allí se desempeñó como redactora de la sección cultural y en su suplemento El Dominical. Durante esa época empezó a colaborar en la revista especializada en crónicas, Etiqueta Negra, que fue su escuela como cronista. En 2003 se trasladó a Barcelona para cursar el Máster en Cultura Histórica y Comunicaciones de la UB. Desde España, ha continuado escribiendo para las revistas más importantes de Latinoamérica y España, como Etiqueta NegraSoho, Orsai, Anfibia, Esquire o Letras Libres. Y en importantes diarios como La Tercera, El Universal, El Mercurio o Clarin. En 2011, tras ocho años de vida y trabajo periodístico en Barcelona –fue redactora de la revista Lateral (encargada de su sección de crónicas), webmaster de Zeta Digital, redactora de Cultura del diario Factual, de la revista Barcelonés y redactora jefe de la revista Primera Linea – se trasladó a Madrid para trabajar como redactora jefe de la revista española Marie Claire. En 2014 renuncia a la revista para trabajar por su cuenta. Ha escrito para El País, el Corriere de la Sera, Clarin, El Mercurio, así como para las revistas Internazionale, Virginian Quarterly Review o XXI Magazine. En la actualidad, sigue viviendo en la capital de España y colabora en diversas revistas latinoamericanas y europeas.

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Costa de ida y vuelta (CUENTO)

Si nos caemos durante tres horas hacia el sur, atravesando humildes pueblos de pescadores –imprescindible hacer un alto en el Restaurante De La Tía Fela, en la caleta de Pisco, un típico chiringuito en el que se puede disfrutar de riquísimas conchas (vieiras) negras– y bahías con hoteles de lujo y reservas naturales repletas de lobos marinos, nos encontramos con un oasis en medio del desierto de Ica.

Triste destino el del ejercicio del llanto reservado a las doncellas. Cuenta la leyenda que la bella Huacca China se enamoró de un joven guerrero que partió a la batalla y, como era previsible, murió. Quedó tan devastada la doncella que le lloró al punto de que sus lágrimas crearon la laguna hoy conocida como Huacachina, lugar de peregrinación para cualquier jinete de la arena y adicto a los deportes extremos que se precie. Sitio, además, de brujas y curanderos mercachifles. Altamente recomendable. Las cercanas Líneas de Nazca, además, pueden darle al viajero una perspectiva (aérea, eso sí) de lo realmente pequeñas que son nuestras diferencias cuando se trata de hablarle a los dioses.

Para ir al norte, el visitante suele recuperar fuerzas en Lima, y luego emprender otra vez el camino serpenteando por carreteras imposibles o volando directamente los 575 kilómetros que separan la capital de la ciudad de Trujillo, llamada así en recuerdo de la tierra natal de Pizarro, quien antes de reinventarse en conquistador fue criador de cerdos en esta villa extremeña.

Cuna de culturas precolombinas como la Moche o la Chimú –cuyos vestigios pueden verse todavía en las huacas (sitios sagrados) del Sol y de la Luna, o en la ciudadela de Chan Chan–, la capital del norte ofrece al visitante otra estampa digna de postal: el balneario de Huanchaco, salpicado de pequeñas barcas hechas de un junco al que llamamos totora, que conviven en la arena con las tablas de los surfistas venidos de todas las partes del mundo.

Y uno puede perderse más al norte aún, en las playas de Máncora o Punta Sal –se parecen tanto a su postal–, antes de volver por el mismo corredor de arena hacia la urbe. Todo es un viaje de ida y vuelta en la costa del Perú, serpiente amarilla que hierve, imposible círculo lineal.