Pro revolution de Juan Obando

  • Inauguración martes 30 abril, 2019
  • 30 de abril - 14 de junio
  • Juan Obando

Archivo | Exposiciones

hoja de sala

En este proyecto Juan Obando utiliza al encapuchado como personaje central para plantear una lectura en oposición sobre diferentes modelos de revolución.

Por una parte se trata de un videojuego de Pro Evolution Soccer realizado en colaboración con hackers locales en donde sucede un partido entre el EZLN y el Inter de Milán que se propuso pero nunca llegó a suceder. Por otra, de una video-instalación en la que se presenta el concierto de “Pussy Riot” que se realizó en Espacio Odeón, en el que un conjunto de posibles pussy riots cantaron canciones relacionados con sus vínculos con el departamento de Estado de Estados Unidos, la actualidad política colombiana y la “veracidad” de su existencia como colectivo. 

A través de la tensión entre estas dos piezas, Obando propone pensar en la oposición entre la imaginación zapatista y hackera, y sus espacios de autonomía, intervención e ilegalidad que sobreviven parasitariamente del capitalismo; y las ficciones  reductivas de las revoluciones implantadas por intereses económicos y los formatos de “rebeldía” creados y mediados por los sistemas neoliberales de control. 

Pro Revolution presenta una especie de arqueología de la revolución contemporánea donde la lucha social se ha convertido en una moda mediatizada de la que todos participamos a través de hashtags y peticiones de change.org, y en la que la resistencia se plantea como un sistema de homogenización en donde se pretende que las frases “Todos somos Marcos” y “Anybody can be Pussy Riot” significan lo mismo. 

 

Pro revolution de Juan Obando

  • Inauguración martes 30 abril, 2019
  • 30 de abril - 14 de junio
  • Juan Obando

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En este proyecto Juan Obando utiliza al encapuchado como personaje central para plantear una lectura en oposición sobre diferentes modelos de revolución.

Por una parte se trata de un videojuego de Pro Evolution Soccer realizado en colaboración con hackers locales en donde sucede un partido entre el EZLN y el Inter de Milán que se propuso pero nunca llegó a suceder. Por otra, de una video-instalación en la que se presenta el concierto de “Pussy Riot” que se realizó en Espacio Odeón, en el que un conjunto de posibles pussy riots cantaron canciones relacionados con sus vínculos con el departamento de Estado de Estados Unidos, la actualidad política colombiana y la “veracidad” de su existencia como colectivo. 

A través de la tensión entre estas dos piezas, Obando propone pensar en la oposición entre la imaginación zapatista y hackera, y sus espacios de autonomía, intervención e ilegalidad que sobreviven parasitariamente del capitalismo; y las ficciones  reductivas de las revoluciones implantadas por intereses económicos y los formatos de “rebeldía” creados y mediados por los sistemas neoliberales de control. 

Pro Revolution presenta una especie de arqueología de la revolución contemporánea donde la lucha social se ha convertido en una moda mediatizada de la que todos participamos a través de hashtags y peticiones de change.org, y en la que la resistencia se plantea como un sistema de homogenización en donde se pretende que las frases “Todos somos Marcos” y “Anybody can be Pussy Riot” significan lo mismo.